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Tecnología, aliada para combatir la contaminación plástica en América Latina

20-07-2023

Por: Cristian Bustos, CEO y socio fundador de Beeok*

 

A lo largo de su historia, el ser humano siempre ha buscado herramientas que le ayuden a desarrollar sus actividades diarias de una forma sencilla y práctica. De ahí que el uso del plástico esté tan generalizado en todo el mundo, toda vez que está presente en todas las industrias y también tiene un uso común en la vida cotidiana.

 

Desde el uso de bolsas plásticas - si bien ya prohibidas en diferentes países del mundo- hasta el consumo de bebidas embotelladas, la realidad es que nuestro consumo de plástico nunca había sido tan grande como hoy en día. Y es que en los últimos veinte años, la producción de residuos plásticos se ha duplicado hasta alcanzar las 350 toneladas anuales, de acuerdo con un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). 

 

Estimaciones del Foro Mundial de la Naturaleza afirman que América Latina es el cuarto mayor productor de desechos plásticos a nivel mundial los cuales suelen terminar en vertederos o bien en ecosistemas marinos, de hecho el 80% de la basura que se encuentra en los océanos proviene de las actividades humanas y específicamente se conforma por plásticos asociados a envases, bolsas y empaques de alimentos.

 

Según datos de la ONU en la región de América Latina y el Caribe se generan diariamente 17 mil toneladas de residuos plásticos, de las cuales el 30% aún se dispone en basureros a cielo abierto, afectando a más de 40 millones de personas. Cabe destacar que cada ser humano consume anualmente entre 78 y 211 mil partículas de microplásticos provenientes de diferentes fuentes como el agua embotellada, el aire y alimentos como pescados y mariscos, esto de acuerdo a datos del portal de estadísticas en línea Statista GmbH. Lo anterior podría provocar severos daños a la salud tanto para los humanos como para la vida animal. 

 

Estamos en un punto sin retorno, de no actuar hoy llegará el momento en el que exista más basura plástica que peces en el mar. Si bien es cierto que ha habido esfuerzos como el Plan de Acción de 

Basura Marina para el Pacífico Nordeste 2022-2026, donde países como México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Colombia han abordado esta problemática, la realidad es que aún falta mucho por hacer para alcanzar un manejo sostenible del plástico.

 

Hoy promover la economía circular y, por ende, el reaprovechamiento de estos materiales es la única opción viable que tenemos contra la contaminación plástica por lo que urge crear conciencia y modelos de negocio sostenibles para alcanzar ese objetivo. Sin embargo, sin el uso de herramientas tecnológicas que ayuden a las industrias y al ciudadano común a medir su huella plástico lo anterior se ve complejo.

 

Y es que lo que no puede medirse no puede ser gestionado. De ahí que la tecnología juegue un papel primordial en la transición de las empresas hacia la sostenibilidad ya que el uso de tecnologías como el Software as a Service, la red 5G, Internet de las Cosas (IoT), Big Data, Inteligencia Artificial y Blockchain tienen el poder de marcar una gran diferencia en la protección del medio ambiente a través de la gestión de diferentes indicadores de sostenibilidad incluidos la huella plástica y de emisiones contaminantes.

 

A través de los sistemas de gestión, potenciados con tecnología, se pueden establecer políticas y planes de clasificación, de separación y de disposición final de residuos; además permiten establecer rutas y la forma en cómo las compañías pueden cumplir con las normas en cuanto a manejo de residuos. 

 

En ninguna otra época el ser humano había producido tantos materiales dañinos para el medio ambiente, esto es cierto; pero, también es una realidad que en ningún otro momento habíamos contado con las herramientas tecnológicas aliadas para combatir esta situación y crear una diferencia. ¡Hagámoslo posible!





*Cristian Bustos es CEO y socio fundador de Beeok scale up que acelera la transición de las empresas hacia la sostenibilidad mediante software que gestionan el estado de avance y cumplimiento de las iniciativas medioambientales, sociales y de gobernanza.