La velocidad del cambio climático dificulta el cumplimiento del Acuerdo de Paris
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28) que concluyó este lunes 12 de diciembre en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, no sólo concentró el interés mundial por las reflexiones y acuerdos que se adoptaron en una semana de ponencias y reuniones de los países que la integran, sino también porque será el escenario en el que se evaluará el estado de cumplimiento de los compromisos alcanzados hace casi una década del Acuerdo de Paris suscrito en la entonces COP21 realizada en la capital francesa.
Haciendo memoria, el Acuerdo de París es una convención legalmente vinculante suscrita el 12 de diciembre de 2015 por 193 países más la Unión Europa en su conjunto, cuya motivación es hacer frente al flagelo que representa el cambio climático como emergencia mundial y nacional. Por lo tanto, exhorta a sus partes a generar soluciones coordinadas en todos los niveles y cooperación internacional para ayudar a los países a avanzar hacia una economía que transite hacia la descarbonización del medioambiente.
Dado ese contexto, este marco que entró en vigencia el 4 de noviembre de 2016, establece una ruta para que los países con mayores recursos ayuden a las naciones en desarrollo a mitigar y adaptarse a los efectos del calentamiento global, creando un marco para un control y una información transparentes sobre objetivos macro a largo plazo como guía para todas las naciones entre los que se cuentan:
- Reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para limitar el aumento de la temperatura global en este siglo a 2 °C y esforzarse para limitar este aumento a incluso más de tan solo el 1,5 °C.
- Revisar los compromisos de los países cada cinco años.
- Ofrecer financiamiento a los países en desarrollo para que puedan mitigar el calentamiento global, fortalecer la resiliencia y mejorar su capacidad de adaptación a los impactos del cambio climático.
PLAZOS SE ACORTAN SIN RESULTADOS POSITIVOS
Cabe subrayar que la puesta en práctica del Acuerdo de Paris es esencial para lograr los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que ofrece una hoja de ruta para las medidas climáticas que reducirán las emisiones y aumentarán la resiliencia al clima.
Pero, esta declaración de buena voluntad y acciones establece plazos de revisión en ciclos de cinco años, lapso en que los países deberán implementar acciones progresivas ambiciosas en materia climática y, con ello, enviar un plan o estrategia nacional actualizado de acción climática para enfrentar este escenario, que se conoce como Contribución Determinada a Nivel Nacional, o CDN.
Como la implementación del Acuerdo de Paris ha tomado siete años, urge apresurar los cambios, ya que en medio de ese proceso de adaptación de políticas para sacar el acelerador al cambio climático se ha producido la denominada “ebullición global” , que denota que el calentamiento de la Tierra va en aumento y que está por alcanzar el límite mínimo de 1,5º C impuesto por el instrumento.
Por eso el encuentro de la COP28 este 2023 es tan relevante, ya que se realizó, el primer balance mundial que evaluará los avances en los objetivos del Acuerdo de París.
La ONU ya adelantó que no hay muchos logros que exhibir en esta ocasión, ya que ha constatado que los esfuerzos de las partes no han dado todos los frutos que se esperan para el primer lustro en evaluación. “A medida que la realidad del caos climático golpea a las comunidades en todo el mundo con inundaciones, incendios y sequías cada vez más feroces, el abismo entre la necesidad y la acción es más amenazador que nunca”, declaró el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Un ejemplo de ello son las emisiones contaminantes que, si bien con las acciones que están aplicando los países y las sociedades en su conjunto, éstas disminuirán pero no la meta que se quisiera a 2030, puesto que serían un 20% menores a 2019 y que el máximo de emisiones las tendremos en la década que está en curso. Sólo la reducción de los GEI en un 43% al llegar a 2023 evitaría rebasar el 1,5ºC que aumentaría el calentamiento de la tierra.
Por ello, lo que se defina en la COP28 es crucial para lo que serán los pasos a seguir de los países a nivel global.